En su autobiografía, el líder de Black Sabbath trata de recordar qué pasó ayer; vida y obra de uno de los fundadores del metal.
En su desopilante autobiografía, I Am Ozzy, el príncipe de las tinieblas revela todos los detalles de su depravada vida en el mundo del rock & roll y también por qué la del 2000 fue la peor década de su vida, a pesar del éxito de su reality show.
Mientras escribías el libro, ¿hubo cosas que no pudiste recordar?
Puedo recordar los comienzos de los 70, pero no puedo recordar lo que hice hace dos días. La gente siempre me pregunta si esnifé una fila de hormigas. No puedo recordar si lo hice o no, pero es bastante probable.
Me encantó leer sobre tu encuentro con Betty Ford.
Sharon me dijo: "Encontré este lugar llamado Betty Ford Center, donde te enseñan a tomar como un caballero". Yo pensaba: "Bueno, ahí está, ése fue siempre mi problema: lo estuve haciendo mal". Cuando llegué, le pregunté a Betty Ford dónde quedaba el bar, y su puta cara se puso blanca.
¿Black Sabbath va a salir de gira otra vez?
No sé. Tuve novias cuando era más joven, y siempre decía: "Oh, me gustaría volver con Shirley". Y no bien lo hacía, me preguntaba a mí mismo: "¿En qué carajo estabas pensando?".
Lo mismo pasa con Sabbath. ¿Extrañás las cámaras de TV?
Lo del reality fue un experimento que terminó siendo mucho más loco de lo que todos esperaban. Caí en la cuenta de lo mal que le debe haber hecho a mis hijos. Jack terminó en rehabilitación; Kelly terminó en rehabilitación; yo terminé en rehabilitación.
¿Te asombra siguir vivo?
¡Oh, absolutamente! Hace unos años, un médico me dijo que moriría antes de fin de año. Keith Richards tiene vividas así varias vidas más que yo. No entiendo cómo es que su cuerpo todavía no ha parado de funcionar.
Fuente de nota: Andy Greene publicado en RollingStone.com